martes, 17 de septiembre de 2024

Ecos Disonantes: la Ciudad y sus Ausentes Sinfonías

Ayer, la ciudad me recibió como una vieja canción, una que conocía bien, pero que ya no me hablaba de la misma manera. Caminé por sus avenidas, buscando el ritmo que una vez compartimos, pero lo único que encontré fue el eco distante, eco de tu ausencia. 

Hablé con amigos, aquellos que aún conservan fragmentos de lo que fuimos, pero incluso sus voces se sentían como desentonadas notas, fuera de tiempo, incapaces de resonar con lo que yo necesitaba escuchar. Al final, me alejé en silencio, como un acorde que nunca encuentra su resolución.

El desamor es una suspendida melodía, un acorde que se queda flotando en el aire, sin encontrar nunca su descanso. Me pregunto si alguna vez cambiarás la clave, si el ritmo de tu vida alguna vez coincidirá con el mío. 

En tanto, estoy atrapado en una incompleta partitura, donde cada compás está marcado por la ausencia de lo que fue. Las noches aquí son interminables, y cada lágrima que cae es un eco de una canción que nunca termina.

La nostalgia es una melodía que se niega a apagarse, un bucle en el que la vida se repite, pero nunca de la misma manera. La pretérita música sigue sonando, atrapada en una imposible armonía, una que nunca logra resolver. Y aunque trato de avanzar, sé que estoy atrapado en este ciclo, esperando una cadencia que nunca llegará.

Narrativas Etéreas...

Bajo el velo de la memoria, un puente invisible entre lo que fue y lo que es despliega sus sombras y destellos. Es allí donde la neostalgi...