lunes, 9 de septiembre de 2024

El Invisible Vuelo de los Deseos

Algunas veces el deseo se manifiesta como un fantasma que no logra tomar forma. Hay momentos en que lo que se creyó extinto, lo que yace en el olvido, palpita con la fuerza de lo que nunca se dijo. Ese deseo, tan antiguo y visceral como la lava que nunca enfría del todo, resurge en el silencio de una tarde cualquiera. 

En esta suspendida coreografía, Ma Belle Sirène flota, etérea, casi inalcanzable, con el hambre de lo no vivido aún impreso en su sombra. No es la memoria lo que la trae de vuelta, es la intuición de lo efímero, el susurro de lo que nunca fue y lo que siempre será pasajero.

A su lado, o quizá a la distancia, Nowhere Man sigue sus invisibles pasos, consciente de la fragilidad de su propia presencia. Él, cuyo sino siempre ha sido estar en ninguna parte, la observa desde ese no-lugar, atrapado entre la nostalgia de lo posible y la certeza de lo imposible

Juntos, son como el paso de una mariposa por una ventana abierta: fugaces, frágiles, y, a pesar de todo, llenos de un deseo que nunca podrá ser contenido.

La mariposa, con su vuelo breve, se convierte en la perfecta metáfora para este momento. Lo que es bello y deseado está siempre a punto de desvanecerse. En ese vuelo, Ma Belle Sirène se despliega en todo su etéreo esplendor, mientras Nowhere Man se queda atrás, contemplando, sabiendo que su tiempo es tan limitado como el de la criatura que pasa y nunca vuelve. 

En su silenciosa danza, la eternidad se hace pequeña, y el deseo no es más que un fugaz reflejo en la ventana abierta de una tarde cualquiera.

Narrativas Etéreas...

Bajo el velo de la memoria, un puente invisible entre lo que fue y lo que es despliega sus sombras y destellos. Es allí donde la neostalgi...