miércoles, 28 de agosto de 2024

La Etérea Metamúsica de 'I Don’t Live Here Anymore' (2021)

En la melódica penumbra del quinto álbum de The War on Drugs, las fronteras entre el presente y el pasado se desvanecen, dando paso a un sonoro paisaje envuelto en una etérea nebulosa. Este trabajo ha pulido los vagos contornos de sus exploraciones previas, permitiendo que las melodías emerjan con una claridad casi mística, sin sacrificar el velo meticuloso que ha sido su distintivo.

Las canciones, como fantasmas en un onírico desierto, se deslizan entre tatuajes de nostalgia: amor distante, hogar ausente, una danza entre sombras y destellos. Adam Granduciel, el errante visionario, se mueve por un vasto vacío emocional, su guitarra como una brújula en un mundo de bruma. Su voz, difusa y disuelta en el flujo sonoro, se convierte en un eco que flota sobre un océano de melodías, evocando una sensación de pérdida y anhelo sin fin. Las palabras, repetidas como etéreos susurros, se funden en el tejido musical, creando un espacio liminal donde el sentido se disuelve en la atmósfera envolvente.

La odisea musical de Granduciel, aunque inmersa en la esencia del rock clásico, se expande hacia nuevas esferas, como una metamúsica que recuerda a grupos de shoegaze de antaño. El lirismo se convierte en un velo ligero que envuelve las canciones, permitiendo que la atmósfera tome el protagonismo. I Don’t Live Here Anymore (2021) se transforma en un espejo que refleja una introspectiva evolución, moviéndose de un vasto horizonte de experiencias a un espacio más concreto y personal, como una pirámide en el desierto.

Este álbum, aunque similar en su esencia a A Deeper Understanding (2017), revela una refinada y consciente meticulosidad. Las canciones, a pesar de mantener el pulso constante y el juego de guitarras y sintetizadores, presentan una serie de etéreos y deliberados matices. La producción, en colaboración con Shawn Everett, ha logrado transformar el sonido en una experiencia tanto espacial como intrincada, conservando la esencia de su estilo distintivo.

El cierre del álbum, con la canción “Occasion”, encapsula esta transición: un momento de calma en medio del caos, un susurro de esperanza y resolución. Aquí, Granduciel parece encontrar un etéreo equilibrio, sugiriendo que el verdadero cambio puede surgir no de la búsqueda frenética, sino de la quietud y la aceptación de lo que es.

Vacuidad...

La vida se escapa sin que siquiera entendamos su carga. Llegamos a ella en nuestra ignorancia , demasiado bisoños para captar su signific...