martes, 10 de septiembre de 2024

La Nostalgia del Nunca: Anemoia

En las profundidades de nuestra sensibilidad, surge un eco que no tiene origen en el pasado vivido, sino en la ilusión de lo que jamás fue. La anemoia, ese susurro del viento en la memoria, evoca la añoranza por tiempos y espacios que nunca tocaron nuestra piel, pero que nos envuelven con la suavidad de lo irreal. Es una nostalgia suspendida, no por lo que hemos perdido, sino por lo que nunca tuvimos.

En el silencio de imágenes restauradas, la historia revive en colores que jamás vimos, en melodías que resuenan desde épocas lejanas y desconocidas. Nos sumergimos en la armonía de lo inalcanzable, en los fragmentos de un pasado ficticio o de un futuro incierto. La anemoia florece al contacto con esos estímulos que despiertan emociones ancladas en la mente, más que en la experiencia.

Como un árbol deformado por el viento, nuestro ser se curva hacia atrás, hacia esos horizontes imaginados que nos atraen con la fuerza de lo intangible. No es simplemente nostalgia; es una danza etérea entre lo que sentimos y lo que nunca fue, una emoción tan real como irreal, tan presente como ausente.

Y así, la anemoia se convierte en testimonio de nuestra capacidad para sentir más allá de lo vivido, un reflejo de nuestra esencia humana, capaz de añorar no solo lo que fue, sino también lo que pudo ser, o lo que jamás será.

Narrativas Etéreas...

Bajo el velo de la memoria, un puente invisible entre lo que fue y lo que es despliega sus sombras y destellos. Es allí donde la neostalgi...