La figura de Hope Sandoval es un susurro que transita por los márgenes, un eco que se desvanece en la penumbra sin intentar jamás abrazar la luz. En el universo de la neopsicodelia de los años noventa, su voz no era un grito, sino un narcótico murmullo, una inacabada plegaria que resonaba en el limbo entre el sueño y la vigilia.
Al lado de David Roback, tejió sonoros paisajes que desafiaban las reglas de la realidad, envolviéndonos en una niebla de distorsionados acordes y etéreas voces que parecían suspender el tiempo.
Mazzy Star nunca fue una agrupación que buscara la fama o la adulación. Su música era una ofrenda al silencio, un espacio donde lo no dicho pesaba tanto como las pocas palabras que Sandoval dejaba escapar de su garganta.
Roback, con su guitarra a medio camino entre lo tangible y lo onírico, se volvía cómplice en ese juego de luces y sombras. Juntos, más que crear canciones, invocaban atmósferas, mundos paralelos donde el pasado se fundía con un presente siempre fuera de alcance.
Sandoval, siempre reacia a la exposición, encarna una figura que huye de la convencional narrativa del artista. Su música fluye sin ataduras temporales; no sigue el ritmo impuesto por la industria, sino que se manifiesta cuando el espíritu la convoca. Así fue con Bavarian Fruit Bread, una creación que brotó después de años de silencio.
Colaborando con Colm Ó Cíosóig, exbaterista de My Bloody Valentine, Sandoval volvió a las sombras para ofrecer un álbum que, aunque muchos describen como oscuro, para ella siempre fue un reflejo de la luz interior, un rayo secreto.
Las colaboraciones, como la que tuvo con el legendario Bert Jansch, revelan su fascinación por aquellos espíritus que, como ella, han caminado por los bordes de lo efímero.
Hay una reverencia en su manera de hablar de estos encuentros, como si la conexión con otras almas creativas fuera el único momento en que Hope se permite dejar caer las máscaras. De esta forma, mientras su música sigue deslizándose como una ensoñación, su misterio perdura, indefinible e intacto.
