miércoles, 2 de octubre de 2024

La dualidad del amor en la poética de Leonard Cohen…

La poética de Leonard Cohen nunca fue sencilla, nunca delineada por contornos claros. Las mujeres que habitaron sus canciones, con su intangible aura, nos invitan a una misteriosa danza, donde los bordes entre lo real y lo soñado se desvanecen. Suzanne Verdal y Suzanne Elrod encarnan, desde dos diferentes planos, los impulsos creativos de un Cohen que siempre navegaba entre el anhelo y la desesperación.

En su relación con Suzanne Verdal, Cohen encontró algo más profundo que el amor carnal. Verdal, musa sin saberlo, reflejaba la inalcanzable gracia, una etérea figura que emergía de entre los vapores del té y las naranjas en la ribera de Montreal. Cohen se sentaba a su lado, pero nunca pudo tocarla más allá de la mente.  

“Suzanne” es, en esencia, un retrato de esa emocional y espiritual conexión, donde el agua y los barcos que pasaban se convirtieron en símbolos de lo efímero, de lo que se escapa con el tiempo.

El contraste se agudiza cuando Cohen se cruza con Suzanne Elrod. Aquí, el amor no se mantiene en los márgenes de lo platónico, sino que se convierte en una lucha real y tangible. En Elrod, Cohen encontró tanto amor como dolor, y esa dualidad se manifiesta en canciones como “I Tried to Leave You”, donde la imposibilidad de dejar atrás una relación se convierte en una confesión tan sincera como devastadora. 

Aunque la relación terminó de manera dolorosa, Elrod sigue siendo una figura clave en la vida de Cohen, una musa que lo confrontó con las limitaciones del amor y del compromiso.

Entre estas dos Suzanne, Cohen encontró su poesía más íntima. Verdal, un sueño imposible; Elrod, una realidad compleja. Y es en ese balance entre lo irrealizable y lo inevitable donde su música floreció, revelándonos la profunda fragilidad de un hombre que nunca dejó de buscar, aun cuando sabía que algunos destinos estaban fuera de su alcance.

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