miércoles, 2 de octubre de 2024

Lo Inasible de C.U. y la Musa que se Escapa: Cartas Suspendidas…

Los paisajes de Ciudad Universitaria no se revelan de inmediato. Se despliegan lentamente, como capas de un sueño que nunca termina de mostrarse en su totalidad. “Uno cree conocer C.U., pero no hay tal cosa; lo que existe son sus rincones, infinitos y etéreos, que se desvanecen con la luz del día y resurgen al caer la noche”, me decía Ma Belle Sirène, mientras paseábamos entre las sombras que se alargaban sobre el Espacio Escultórico

En esos momentos, parecía que el lugar nos conocía antes de que llegáramos, como si hubiéramos existido siempre en ese espacio, resonando entre las formas que nos rodeaban.

La inmensidad de esos auriazules paisajes nos abrazaba, nos perdía en su vastedad, y en la quietud del entorno sentíamos que algo inefable se estaba gestando. “Quizá un cuento largo”, habías escrito, Blonda Mía, en una carta que ahora parece flotar en el tiempo, suspendida como las palabras que nunca terminan de materializarse del todo. 

La narrativa comenzó a brotar de las piedras, de la vegetación que rodeaba el Espacio Escultórico, pero también de nuestros propios pasos, en una suerte de caminante escritura que trazaba un invisible mapa de nuestra presencia en el lugar.

Y en ese errar, entre lo concreto y lo soñado, entre el caminar y el escribir, el Espacio Escultórico dejó de ser solo un punto en el campus. Se convirtió en un umbral, un pasaje hacia lo que nunca podremos captar del todo, donde la escritura se confunde con el sentir, y donde el tiempo, la presencia y la ausencia se entrelazan como hilos enredados. 

En cada paso, en cada palabra que nunca terminaste de escribir, se gestaba el eco de lo que siempre estaba a punto de ocurrir, pero nunca llegaba a concretarse. 

A pesar de quedar inacabada, tu escritura sigue vigente, Laura Elena…

Narrativas Etéreas...

Bajo el velo de la memoria, un puente invisible entre lo que fue y lo que es despliega sus sombras y destellos. Es allí donde la neostalgi...