lunes, 14 de octubre de 2024

Poética del Encuentro Fortuito: Krzysztof Kieślowski│“Rouge” (1994)

En Rouge (1994), el último acto de la trilogía de Krzysztof Kieślowski, los personajes se encuentran como si el universo jugara un cruel juego de coincidencias. No hay una razón aparente para que sus vidas colisionen, pero lo hacen, en medio de una urdimbre de eventos que parecen tan banales como el cruce de líneas telefónicas que vemos al principio de la película. 

Ese es el símbolo de lo que Kieślowski nos quiere decir: estamos conectados, pero sin darnos cuenta.

La poética del azar es el motor de la narrativa de Kieślowski, que nos lleva a cuestionar las formas en que nuestras vidas interactúan con el mundo. Los personajes de Rouge no buscan un final feliz, no hay héroes ni villanos en esta historia, solo seres humanos en busca de algún tipo de conexión que les haga sentir que sus vidas tienen sentido. 

Pero, como nos demuestra Kieślowski, esas conexiones son fugaces y a menudo, imperceptibles. Lo que nos queda es la incertidumbre, la pregunta sin respuesta: ¿por qué estamos aquí, en este momento, cruzándonos con otros que podrían haber sido nuestros compañeros de vida, pero que simplemente seguirán siendo extraños?

Las películas comerciales nos ofrecen respuestas fáciles. Aquí, en cambio, solo queda el espacio para contemplar lo que no tiene resolución

La vida cotidiana es más misteriosa que cualquier narrativa creada para entretenernos, y en Rouge, Kieślowski nos recuerda que las historias más profundas son aquellas que no tienen un final predecible, ni una trama que seguir. Solo queda el cruce, la coincidencia, y la eterna posibilidad de lo que pudo haber sido…

Narrativas Etéreas...

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