“Aparece la tipa por la puerta y vos ya tenés preparado un piropo para que ella se derrita. ¿Cómo hacés? — Lo que pasa Benjamín es que vos me ves vestido de sapo cuando en realidad soy un príncipe encantado”.
En las profundidades de la narración de El Secreto de Sus Ojos, un destello de ironía se despliega con la ligereza de una broma, pero lo que a simple vista parece un trivial chiste revela una capa de significado que se filtra lentamente. Cuando Sandoval, con su habitual irreverencia, le dice a Benjamín: “Lo que pasa es que vos me ves vestido de sapo cuando en realidad soy un príncipe encantado”, no es solo una inocente broma.
Aquí, el humor funciona como un disfraz, cubriendo un anhelo más profundo de ser visto, de ser entendido más allá de la máscara que uno lleva a diario. En esta metáfora del sapo y el príncipe se entrelazan dos temas que resuenan con toda la cinta: la identidad oculta y el deseo de redención.
El príncipe encantado que se esconde bajo la piel del sapo es una imagen que refleja las dualidades internas de los personajes, especialmente de Benjamín Espósito. Su fachada de hombre endurecido por la vida y los años no es más que un eco de su latente vulnerabilidad, esa que solo se expresa en sus miradas furtivas hacia Irene.
Las palabras de Sandoval, impregnadas de humor, no hacen más que desnudar la verdad que ambos temen admitir: que todos, de una forma u otra, anhelan ser redimidos, ser vistos por lo que son en lo más profundo de su ser. En este juego de apariencias, Campanella nos invita a observar no solo a los personajes, sino a las capas de significados que se despliegan en cada gesto, en cada palabra no dicha.
El lenguaje visual de la película refuerza esta tensión entre lo que se ve y lo que permanece oculto. Las miradas, tan reveladoras y crípticas a la vez, nos permiten intuir lo que las palabras no pueden expresar. Así, lo que a simple vista parece una escena cómica se transforma en un espejo emocional, donde las verdaderas intenciones se reflejan en el silencio que rodea el diálogo.
El Secreto de Sus Ojos es un relato de pasiones no dichas, de redenciones que se vislumbran solo a través de los gestos más mínimos, esos que hacen que los sapos, por un instante, se conviertan en príncipes.
