miércoles, 13 de noviembre de 2024

Sin Hogar, Errantes, Persistentes…

Los recuerdos se asemejan a esos perros sin hogar, errantes y persistentes, que nos rondan con una intensa y nostálgica mirada. Nos acechan en silencio, jadeando, como si esperaran algo de nosotros, y a veces, aúllan en la noche, elevando su lamento hacia la luna, recordándonos su presencia con una ineludible inquietud

Intentamos apartarlos, deseamos alejarlos de nuestra mente, pero no se van. 

Insisten, acercándose con una inquietante familiaridad, lamiendo nuestra mano con la voracidad de lo no resuelto. Sin embargo, el verdadero peligro no está en su persistencia, sino en lo que ocurre cuando creemos haberlos dejado atrás. 

En el momento en que les damos la espalda, esos mismos recuerdos, antes dóciles, se transforman en algo más oscuro, mordiendo con fuerza, recordándonos que no podemos escapar tan fácilmente de lo que llevamos dentro.

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