domingo, 18 de agosto de 2024

Al interior del Vértigo Creativo...

Es en las grietas del silencio, en ese vacío que precede a la primera palabra, donde la pregunta emerge con la insistencia de un olvidado eco: ¿por qué escribir? Como un murmullo persistente, esta interrogante se desliza entre las sombras del día, en la soledad de la página en blanco, en el murmullo monótono del metro, o al perderme en los laberintos de piedra de mi barrio o de Ciudad Universitaria. 

¿Qué impulsa esta necesidad? ¿Es vanidad, un reflejo del yo buscando su proyección en el espejo de las palabras? ¿O tal vez es miedo, un intento de contener lo inabarcable, de aprisionar el caos en el efímero orden del lenguaje? ¿Acaso es el desesperado anhelo de reescribir un pasado que se escapa entre los dedos?

Las motivaciones son inabarcables en su multiplicidad, pero en el abismo de la creación, se vuelven necesarias. Para navegar en este océano de incertidumbres, uno debe aferrarse a ellas, especialmente cuando se trata de la fragilidad del arte literario. La pregunta no es solo por qué escribir, sino también, ¿por qué escribir esto? Cada texto es una ventana abierta al misterio, un reflejo de quien lo engendra.

Escribir se convierte, entonces, en un acto de autoexploración, una inmersión en las profundidades de la propia psique. Y es en esa inmersión donde nos encontramos cara a cara con los miedos, los deseos más ocultos, la sombra que nos persigue. Sin esa confrontación, la escritura corre el riesgo de convertirse en un acto vacío, desprovisto de la chispa que le da vida.

Es en esa búsqueda donde la escritura encuentra su sentido, donde la palabra se convierte en un hilo que conecta con lo más profundo de la existencia. Ahí, en esa conexión, es donde reside la verdadera magia de la creación literaria.

Narrativas Etéreas...

Bajo el velo de la memoria, un puente invisible entre lo que fue y lo que es despliega sus sombras y destellos. Es allí donde la neostalgi...