domingo, 4 de agosto de 2024

Alquimia de la Memoria…

La memoria, ese invisible y eterno espectro, se posa en los desgastados zapatos que recorren el sendero del ayer. En sus huellas, la sal de la inquietud se disuelve, trazando ácidos senderos sobre un piso de cristal que refleja la fragilidad de la existencia. 

Un irreparable dolor revuelve los cabellos, que caen como hojas bajo la perpetua lluvia, mientras el suelo se marchita en la opacidad de una corroída certidumbre.

Cada fragmento del cuerpo se encierra en pequeñas madejas de tiempo, hilvanando los momentos vividos en un tejido que se deshace con cada suspiro. Las nucas se evaporan en la bruma de los recuerdos, dejando solo un rastro de lo que alguna vez fue tangible. 

La mente, hervida en su propia jaula de remembranzas, lucha por liberar cada pensamiento atrapado en la telaraña del pasado.

En este laberinto de reflejos y sombras, la memoria se convierte en una alquimista, transformando la esencia de lo vivido en un elixir que destila melancolía y esperanza. Cada paso sobre el cristal resuena con la fragilidad de los sueños no cumplidos y las realidades que se desvanecen al contacto con la verdad. 

Y así, en la quietud de la introspección, nos encontramos frente a frente con nuestros propios espectros, navegando el infinito océano de la memoria en busca de la piedra filosofal que nos permita reconciliar lo que somos con lo que fuimos.

Narrativas Etéreas...

Bajo el velo de la memoria, un puente invisible entre lo que fue y lo que es despliega sus sombras y destellos. Es allí donde la neostalgi...