Tal vez sólo queda construir o reconstruir, como se pueda. Me gustaría saber cómo le harán tantas personas para reconstruirse, para volver a sentirse en casa, cómo rescatan esos vestigios del antiguo hogar, cómo lidian con el rechazo o con la nostalgia.
No conozco las respuestas, tal vez hay muchas o quizá ninguna, pero comprendo esa inmensa necesidad de mantener viva la memoria. Porque si bien algunas personas no pertenecen a un lugar específico, los lugares, inevitablemente, nos habitan: se los lleva uno a donde quiera que vaya.
Quizá en el final de todo, solo queda la imperiosa tarea de construir o reconstruir, como un artesano que trabaja con las herramientas que tiene a la mano.
Me pregunto, en un susurro que se pierde entre las grietas del tiempo, cómo logran tantos encontrar el camino de regreso a un hogar que parece desvanecerse en el horizonte de lo perdido.
¿Cómo se rescatan los fragmentos de un antiguo refugio? ¿Cómo se enfrenta el abrazo helado del rechazo o la caricia amarga de la nostalgia?