viernes, 16 de agosto de 2024

Sinfonía de un Seductor Otoño │A

En el susurro de las hojas que caen, el otoño se despliega como una caricia que se desliza por la piel, y en medio de esa dorada bruma, emerge una figura que encarna el deseo contenido. Su evocadora y etérea presencia se mezcla con la esencia del tiempo, como un persistente recuerdo que roza los sentidos con un tácito erotismo. 

Es Andrea, o quizá la sombra de lo que fue, tejiendo con su sigiloso andar una melodía que desafía la linealidad del tiempo. En cada gesto, en cada suspiro, se oculta un enigma que me atrae, que me envuelve, como si el mismo otoño se hiciera carne para seducirme con su misterio.

Las delicadas y apenas visibles venas de Andrea trazan un mapa de deseos no confesados, de secretos que fluyen con la suavidad de una inaudible melodía. En su ausencia, la noche se puebla de sombras que susurran lo que nunca se dijo, lo que nunca se tocó. 

Es el otoño el que orquesta esta sinfonía de lo prohibido, donde lo efímero y lo eterno se entrelazan en una danza sutil que roza lo tangible, pero se desvanece antes de ser aprehendido. Andrea, en su etérea presencia, se convierte en la encarnación de ese deseo que nunca se consuma, de esa belleza que se revela en lo incompleto, en lo que apenas se insinúa.

Así, mientras el otoño despliega su abanico de cálidos y nostálgicos colores, y Andrea se desvanece entre las sombras del anhelo, el enigma persiste. La música de Françoise Hardy, con su íntimo y confesional tono, se convierte en el telón de fondo de este encuentro entre lo visible y lo oculto, entre el deseo y la resignación. 

En esa intersección entre lo erótico y lo trascendental, encuentro la esencia de una belleza que desafía el tiempo, una melodía que invita a perderse en lo inexplicable, a abrazar la incertidumbre con la misma reverencia con la que se contempla un amanecer otoñal.

Narrativas Etéreas...

Bajo el velo de la memoria, un puente invisible entre lo que fue y lo que es despliega sus sombras y destellos. Es allí donde la neostalgi...