martes, 24 de septiembre de 2024

Sostener la Etereidad de la Palabra: “Macondo”

El universo creado por Gabriel García Márquez en Cien años de soledad parece haberse tejido en una dimensión que rehúye los límites del tiempo y el espacio. Durante su vida, el escritor colombiano alzó un infranqueable muro entre su obra y el cine, temeroso de que el lente no fuera capaz de captar la magia que late en cada página

Su negativa a ceder los derechos audiovisuales fue más que una simple decisión; fue un acto de preservación, un hechizo que mantuvo intacto el misterio de Macondo. ¿Acaso temía García Márquez que, bajo las luces de Hollywood, su mundo se fragmentara en irreconocibles versiones

Con humor casi profético, llegó a imaginar a un Robert Redford de cabellos dorados surcando las míticas tierras de su narrativa. Una imagen que parece tan distante de la crudeza tropical de su prosa, como si el alma de su historia pudiera evaporarse en una sola toma.

Y, sin embargo, tras su partida, las reglas del juego han cambiado. Gonzalo y Rodrigo, herederos de ese legado intangible, se han unido al gigante del streaming, abriendo las puertas que su padre cerró con esmero. Netflix, la nueva arca del audiovisual, se ha erigido como la plataforma elegida para intentar algo que parecía impensable: transmutar el realismo mágico en píxeles

Aquí es donde surge la pregunta, no exenta de melancolía: ¿hasta qué punto la imagen podrá sostener la etereidad de la palabra? Quizá los hijos de García Márquez, al emprender esta travesía, buscan algo más que una adaptación. Acaso buscan, de alguna manera, tender un puente entre la historia y su futuro, dejando que Macondo florezca en el silencio compartido de las pantallas.

Narrativas Etéreas...

Bajo el velo de la memoria, un puente invisible entre lo que fue y lo que es despliega sus sombras y destellos. Es allí donde la neostalgi...