domingo, 6 de octubre de 2024

Lennon, una Cítara y la Perenne Madera...

En la vasta obra de The Beatles, “Norwegian Wood” emerge como un velado reflejo de la complejidad humana. Con un trasfondo de oculto desamor y una atmósfera cargada de exotismo, la canción fue un experimento en todos los sentidos. 

Lo que comenzó como una sencilla confesión, se transformó en un relato lleno de ambigüedad y tensión, donde el protagonista – encarnado en John Lennon – oscilaba entre la sumisión y la silenciosa rebelión.

En el corazón de la canción, la cítara resuena como el eco lejano de un mundo más allá de lo tangible, una suerte de sonoro espejismo que revela la fragilidad del momento. George Harrison, aun explorando las sutilezas del instrumento, aportó algo más que notas: fue el alma exótica que Lennon necesitaba para llevar su relato de una simple anécdota a una dimensión casi mística

La historia, velada bajo simples acordes, narraba una especie de pequeño ritual donde la frustración y la venganza se encontraban bajo la aparente tranquilidad de una noche helada.

El tema lírico no era nuevo en la música de Lennon, pero “Norwegian Wood” logró algo que pocas canciones de la época podían: convertir lo mundano en simbólico, lo cotidiano en una especie de pequeña odisea emocional. 

Mientras los acordes avanzaban, el espectador se volvía partícipe de un secreto que ardía en cada verso, mientras la leña noruega ardía en una invisible llama, consumiendo no solo el escenario, sino también el corazón del oyente.

Narrativas Etéreas...

Bajo el velo de la memoria, un puente invisible entre lo que fue y lo que es despliega sus sombras y destellos. Es allí donde la neostalgi...