miércoles, 9 de octubre de 2024

Una Eterna Canción de Cuna: John Lennon y Sean...

Cuando John Lennon compuso “Beautiful Boy”, sus tormentas internas habían quedado atrás. En esta canción no encontramos la furia de otros tiempos ni las grandes proclamas, sino una declaración mucho más profunda: el amor que siente por su hijo Sean. Más allá de su contexto biográfico, este tema nos habla de un vínculo que roza lo sagrado.

En los versos de “Beautiful Boy”, Lennon se revela en su versión más humana y vulnerable. Se ha desprendido de todo lo que alguna vez definió su figura pública. En cambio, lo que queda es una simple, pero poderosa afirmación de amor, una canción de cuna para su hijo, una plegaria para la vida que sigue. 

Desde los primeros acordes, Lennon nos introduce en un espacio casi onírico, donde las preocupaciones se desvanecen y el futuro de Sean se dibuja con una emocional delicadeza que rara vez encontramos en sus trabajos anteriores.

Double Fantasy (1980), en retrospectiva, no solo es un álbum, sino un testamento de la búsqueda de Lennon por la paz personal y el arraigo familiar. “Beautiful Boy” es su última gran declaración, no hacia el mundo, sino hacia la íntima esfera de lo que realmente importa: el amor entre un padre y su hijo

Aunque John no vería crecer a Sean, esta canción es la promesa de que su legado perduraría a través de esos momentos compartidos.

El encanto de “Beautiful Boy” no está solo en su melodía, sino en las palabras de Lennon, que parecen flotar con una sensación de esperanza. “La vida es lo que te pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes”, nos recuerda que, a pesar de todo, el amor es el ancla en el torbellino del tiempo

Para Sean, y para todos aquellos que escuchan, esta es más que una canción; es un eco que resuena en el espacio donde habitan las emociones más puras.

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