Así, la melancolía, en su versión extendida, en su reiteración, es una especie de reclusión voluntaria en un espacio donde el tiempo ya no importa. La vida social, las obligaciones, todo eso se convierte en una ficción cada vez más distante.
Él, Nowhere Man, el sujeto melancólico, no busca escapar del presente hacia el pasado, sino encontrar un espacio intermedio donde ambos tiempos coexisten en una suerte de suspensión, un limbo en el que las imágenes viejas son las únicas compañeras.