martes, 5 de noviembre de 2024

Sara Lov: la Melancolía como Portal Hacia lo Etéreo

La música de Devics, con Sara Lov vocalizando etereamente, se erige como una manifestación sonora de un interior paisaje lleno de reflejos, sombras y silencios que evocan un mundo etéreo. Desde su formación a mediados de los 90, Lov y Dustin O’Halloran han tejido juntos una narrativa musical que parece sacada de los sueños, donde las emociones se desplazan de manera difusa entre lo palpable y lo inalcanzable

Para Lov, cuyas influencias van desde el noir francés hasta la oscura estética de David Lynch, la música es el medio perfecto para expresar un estado de ser en constante transformación, un portal hacia lo etéreo donde lo no dicho se vuelve tan importante como las palabras.

La voz de Lov, melancólica y etérea, es el hilo conductor que permite al oyente entrar en ese onírico espacio. Su estilo vocal, íntimo pero lejano, es el reflejo de una vida marcada por intensas experiencias personales. La melancolía en su música no es un fin en sí mismo, sino un medio para generar una atmósfera de contemplación

En su carrera solista, cuando O’Halloran comienza a centrarse en la composición para cine, Lov continúa explorando esta atmósfera con una autonomía que la empuja a construir sus propias visiones sonoras, cargadas de un vacío que no es desolador, sino acogedor en su indefinición.

En Devics, el dúo utilizaba efectos y arreglos musicales que desdibujaban las fronteras entre los instrumentos y la voz, creando una sensación de levedad que envolvía al oyente. Las influencias de artistas como Cocteau Twins y PJ Harvey se perciben en la estructura de sus canciones, donde la etereidad no solo se expresa en lo musical, sino también en la narrativa que sugieren: paisajes interiores que se desplazan entre la oscuridad y la luz, entre el dolor y el escape. 

Lov y O’Halloran, a través de Devics, construyeron un universo sonoro que sigue resonando en su trabajo, un espacio donde la música se convierte en un eco de lo que no podemos alcanzar, pero que sigue susurrando en la distancia.

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